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La huella de Carlos Giménez: "Festivales Teatrales en Argentina" por Ana Seoana ( (IUNA/UBA), Revista Territorio Teatral, Argentina, Buenos Aires diciembre 2001





Carlos Giménez impulsado por este pasado sueña con armar un Festival en su propia provincia, pero aunque inicia la organización lo expulsan de la misma en 1967.




Carlos Giménez, José Salas y Jorge Arán, de gira por Europa,
1966. Fuente: Jorge Arán




¿Por qué realizar un festival? ¿Qué significancia puede tener o para qué sirve? Estas son sólo algunas de las preguntas, pero las respuestas son muchas más. Tal vez los gestores culturales franceses ya a principios del siglo XX habían descubierto la necesidad de mostrarle a su población y a sus artistas otras realidades. Aunque seguramente no podían haber previsto el significado que tuvo para Antonin Artaud ver a la compañía de la Isla de Bali en la Exposición Colonial que se realizó en París, durante 1931. Resultado de esta experiencia se verifica en las páginas de El teatro y su doble publicado cinco años más tarde.

Historiadores, filósofos o sociólogos pueden analizar desde otro nivel teórico la influencia que ejerce el choque de las distintas culturas, pero en el arte las consecuencias pueden disparar de manera muy distinta. Así aparecen influencias, maestros, vocaciones que emprenden otro viaje y técnicas que se enriquecen.

En la República Argentina todas las provincias se vieron afectadas por las dictaduras. En el caso de Córdoba uno de los grupos más emblemáticos, el "LTL" ("Libre Teatro Libre") emprendió su dispersión a partir del Golpe Militar de 1976. También esta provincia, pero en 1984, fue la primera en darse cuenta que el teatro podía volver a las calles y que se debía ver y aprender de los espectáculos que se gestaban y creaban en distintas partes del mundo. El retorno democrático argentino a partir del 10 de diciembre de 1983 permitió que el creador Carlos Giménez (1946-1993) pudiera extender su proyecto. Había nacido en Rosario, pero creció en Córdoba, luego el exilio lo trasladó a Caracas. Primero ideó un festival internacional en su país adoptivo, Venezuela, y con la ayuda de una economía resplandeciente y el apoyo incondicional de varias personalidades del mundo cultural - como María Teresa Castillo - creó en Caracas una cita teatral.

Giménez recordaba en varios reportajes el significado que tuvo participar del Primer Festival de Teatro de Nancy junto a su grupo "El Juglar", en 1965. Sólo tenía 19 años cuando fue premiado como director y compartió la Mención de Honor en Varsovia con otro elenco de Alemania Oriental.

"En ese entonces -confesaba Giménez en una entrevista- conocí a Jacques Lang, que era el director del Festival Mundial de Nancy, luego Ministro de Cultura de Francia, y así es que en 1964 establezco mi contacto con los festivales internacionales, lo que va a ser muy importante porque Jacques Lang nos invita a participar en el año 1965 en el Primer Festival Mundial de Nancy (.) Esta participación tuvo una enorme importancia si pensamos que se trató de la ida al Festival Mundial de Nancy y a los Festivales de Varsovia y Cracovia, en Polonia, en el año 1965, de un grupo teatral de provincia que no salía de Córdoba para llegar a Buenos Aires, sino que salía de Córdoba para participar en estos eventos tan importantes. Además en 1965 arrancan simultáneamente todos los movimientos que van a tener enorme repercusión en el mundo teatral, como es Nancy, como es Grotowsky, como es Eugenio Barba, es Jacques Lang, es Els Joglars de Barcelona y La Comuna de Portugal" 1

Carlos Giménez impulsado por este pasado sueña con armar un Festival en su propia provincia, pero aunque inicia la organización lo expulsan de la misma en 1967. Argentina había cambiado desde el 28 de junio de 1966, se vivía una dictadura liderada por Juan Carlos Onganía y la huida de tantos compañeros teatreros lo determina también a partir. En Venezuela, en 1971 y con la ayuda de María Teresa Castillo y el "Ateneo de Caracas" nace el Primer Festival Internacional de Teatro, donde Giménez asume la Dirección Artística.

Un país rico económicamente, pero no tanto teatralmente tuvo una notable transfusión escénica a partir de esta fecha. Los elencos más importantes del mundo se dieron cita allí, desde "The Berliner Ensemble" hasta "Els Joglars", sin dejar de lado la presencia de creadores de la talla de Tadeusz Kantor, Lindsay Kamp o Peter Brook. Será por esto que Giménez también proyecta que su Córdoba pueda palpar este tipo de experiencia, pero deberá esperar varios años. Con el retorno democrático consigue el apoyo nacional y provincial, ambos en ese momento (1984) son del mismo color político: radicales.

Cuando las periodistas Ana María Fernández de Rodríguez y Viviana Marcela Iriart le preguntaban en esos años sobre el por qué de un festival, Giménez respondía:

"Creo que es de importancia vital, porque consolida todo un aspecto y una filosofía de vida frente al teatro. Sin embargo es un hecho relativamente incomprendido en todo el contexto venezolano, por la inversión que esto significa (.) el Festival proyecta y genera una relación internacional del teatro venezolano, le abre nuevas estructuras, eleva el nivel de reflexión, potencia y califica la labor de nuestros creadores y genera toda una apertura que incorpora a una gigantesca clase a la actividad teatral, especialmente a la gente joven" 2

Con este pensamiento de política cultural Giménez, una década más tarde emprendió, en Córdoba un nuevo desafío: el "Primer Festival Latinoamericano de Teatro", que se inició el 18 de octubre de 1984. Llegaron grupos como "Malayerba" de Ecuador con el espectáculo La Fanesca de María Escudero; el teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); "La Fura dels Baus" desde Barcelona; "Yuyaskani" de Perú; "Rajatabla" de Venezuela y Ellean Stewart del grupo "La Mamma" de Estados Unidos, quien consiguió organizar un espectáculo con artistas locales.

Fueron muchos los estudiantes de teatro, actores y periodistas que fueron a este festival. Las huellas quedaron, sobre todo se las pudo palpar con el grupo "La Organización Negra" luego transformado en "De la Guarda" quienes después de asistir al espectáculo de "La Fura" decidieron que había encontrado su lenguaje.

Los festivales en Córdoba, tanto los Latinoamericanos, desde 1984 como los Nacionales desde 1985 o los más actuales del Mercosur, desde el año 2000, se han caracterizado por incluir público. Siempre en el diseño de funciones se diagramaron espectáculos para que fueran a prisiones, hospitales psiquiátricos y que se pudieran realizar propuestas callejeras. Casi una consigna en todos estos años: al público no se lo espera, se lo va a buscar, sin importar ni las edades, ni sus historias: todos son espectadores.

Argentina en 1984 necesitaba volver a conquistar el espacio público, sentir que la democracia les permitía lo que la dictadura le había prohibido: hacer funciones en villas miserias, en barrios marginales, pero también en las plazas más céntricas. Ese año se conforman dos grupos en Buenos Aires que recorrerán las calles cordobesas: "Dorrego" con dirección de Carlos Risso Patrón y "Teatro de la Libertad" de Enrique Dacal. El primero llevó un espectáculo titulado Boca-River, mientras que el otro prefirió retomar la historia del teatro nacional con su propio Juan Moreira.

Debieron pasar varios años para que la ciudad de Buenos Aires organizara su propio festival, pero aspiró a los Internacionales. Así empieza la otra historia, la más cercana para los porteños, la del "Festival Internacional de Buenos Aires" o más conocido como el FIBA, que nació el 2 de octubre de 1997. Esa primera edición se extendió por diez días e impuso un proyecto de continuidad cada dos años. A pesar del tiempo transcurrido este festival lleva como una marca de fuego la necesidad de convocar en estos escenarios figuras y elencos de notable peso internacional. Casi todos los directores artísticos del FIBA consideraron que el público de Buenos Aires quiere ver espectáculos reconocidos en el campo de la crítica. Así llegaron para la primera edición: Hanna Schygulla, Milva y el "Berliner Ensemble", que trajo la puesta de Heiner Müller de La resistible ascensión de Arturo Ui, de Brecht con la actuación de Martin Wuttke. Otras sorpresas llegaron desde Bolivia con el "Teatro de los Andes" dirigido por el argentino Cesar Brie y desde España, con el grupo "UR Teatro Antzerkir", quienes presentaron Romeo y Julieta de Shakespeare con dirección de Helena Pimenta, sin olvidar el alto y molesto impacto del extraño silencio que proponía el espectáculo Femtella, de Túnez.

La segunda edición se adelantó para el mes de septiembre (del 9 al 26) del año 1999 y llegó desde Barcelona al grupo "Els Joglars" con Daaali; también se presentaron: Robert "Bob" Wilson con su creación, Persephone; Steven Berkoff con su unipersonal creado e interpretado sobre los villanos de Shakespeare; el elenco de Peter Brook, aunque sin él, estrenó The man who y otro grande, Vittorio Gassman interpretó El adiós al matador. Entre las sorpresas más notorias habría que subrayar la Orestea de Romeo Castellucci y "Astrid Hadad y los Tarzanes", desde México.

Quizás lo más notable de la tercera edición, en el difícil año 2001 fue la llegada del grupo "Carnicería teatro" con Conocer gente y comer mierda de Rodrigo García y la original puesta en escena de Hamlet a cargo del elenco "Meno Fortas Theatre" de Lituania, con dirección de Eimuntas Nekroius.

La cuarta edición fue en el año 2003 donde volvió el "Berliner Ensemble" con su actor Martin Wuttke de la mano de su espectáculoArtaud recuerda a Hitler y el romanisch café. La quinta edición (2005) convocó al director alemán Frank Castorf con su espectáculo Endstation Amerika (versión libre de Un tranvía llamado Deseo), también se presentó una versión de Tio Vania por Luk Perceval (Bélgica), Laurie Anderson y se conoció a un elenco de Sudáfrica.

Mas cercana en el tiempo, la VI edición en el año 2007 permitió finalmente que llegara Ariane Mnouchkine con su "Teatre du Soleil" desde Francia conLes Ephémères. También dos propuestas distintas de Pippo Delbono desde Italia y entre las sorpresas habría que incluir el espectáculo Kagemi de Japón por el grupo "Sankai Juku".
En el año 2009 la VII edición quiso girar el eje de los espectáculos confirmando una grilla con propuestas y directores menos conocidos, así por primera vez llegó a Buenos Aires un espectáculo de Mozambique. El último FIBA, el que se realizó en este año, 2011 volvió a la necesidad de invitar a los grandes nombres, por lo cual Peter Brook volvió a ser convocado.

La elección de ciertos títulos y grupos es absolutamente parcial, ya que quedan de lado propuestas de danza y música. Hay que subrayar que en muy pocas ocasiones se utilizaron espacios no tradicionales. Esta es una de las grandes diferencias con el Mercosur de la ciudad de Córdoba, que no sólo arma espectáculos callejeros sino que lleva propuestas nacionales o internacionales hacia grupos de la sociedad tan marginados como las cárceles o villas alejadas del centro.

Pero una ciudad como Buenos Aires no podía tener sólo un Festival teatral, por eso desde el año 2010, la agrupación "Espacios Escénicos Autónomos" diseñó el "Festival Escena". Se realizó su Segunda Edición en el 2011 desde el 17 de septiembre al 8 de octubre,
"coincidiendo con el VIII Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA)", ya que ellos se propusieron desde sus declaraciones: "Difundir en forma conjunta las obras que se exhiben en los Espacios Escénicos Autónomos de la Ciudad. Estas salas ofrecerán su programación con una entrada accesible y unificada (fue de $20). Además, habrá talleres, charlas abiertas, espacios compartidos y la presentación de un proyecto colectivo de intervenciones en todos los espacios participantes del evento MAPA ESCENA. Durante tres semanas, el público, la crítica especializada y los curadores internacionales, tendrán la posibilidad de tomar contacto con los espacios que integran ESCENA, con su historia, su presente y futuro, y con su compromiso en la defensa y fomento de una red de producción y exhibición autónoma, cuya existencia ubica a Buenos Aires entre las Capitales de Artes Escénicas más ricas y experimentales del mundo" 3

El listado de estos Espacios Escénicos Autónomos incluye a: "Abrancancha", "¡Brilla Cordelia!"; "Club Cultural Matienzo"; "Calabaza Productora"; "Club de Teatro Defensores de Bravard"; "El Brío"; "El Crisol"; "El Pacha"; "El Paraíso"; "Elefante Club de Teatro"; "Espacio Boris"; "Espacio Polonia"; "Granate"; "Machado"; "Oeste Estudio Teatral"; "Querida Elena Sencillas Artes"; "Sala Escalada"; "Teatro del Perro"; "Vera Vera Teatro" y "Zafra estudio". Contaron con el apoyo de numerosas revistas y páginas web como: Alternativa Teatral, "Llegás", "Saverio", Imaginación Atrapada, Crítica Teatral, "El Altillo Under", "Funámbulos", GEO Teatral, ABC Cultural, "Inrockuptibles", "BAVoice", "Cultra", "En Movimiento" (IUNA) y la Agencia NAN. También sumaron su apoyo para la difusión dos radios como: FM La Tribu y Colmena y algunos programas de otras emisoras como "A Bambalinas con Rita" y "Lunes de mi ciudad".

Ya alejados de la ciudad de Buenos Aires, pero en la provincia del mismo nombre, más precisamente en la ciudad de Azul dos iniciativas conviven desde hace cinco años. En mayo del 1984 el "Taller Teatral Municipal de Azul" conformó un equipo de trabajo enseñando y estrenando. Fueron ellos, pero bajo el nombre de "Equipo Delta - Trabajo Teatral" quienes desde el año 2000 organizan sus "Encuentros" llamados "Otoño Azul", y en su última edición (la número XII del 2011) consiguieron sumar el auspicio de la Municipalidad de Azul, más los apoyos de IBERESCENA, el Instituto Nacional del Teatro y la Secretaría de Cultura de la Nación. De manera independiente y de autogestión arman una programación que desde su primera edición incluyó elenco de otros países, a los que ellos alojan a cambio de funciones. Todos los espectáculos participan de un concurso donde un jurado especialmente convocado - y todos los años distinto - evalúa lo mejor de esas propuestas, sin olvidar que uno de los premios está en manos del público asistente. El interés por participar fue creciendo y en esta última edición el comité seleccionador evaluó 400 espectáculos que estaban interesados en participar de la programación. Desde el exterior se incluyeron grupos de España, Estados Unidos, Cuba, República Dominicana, Colombia, Brasil, Perú, Chile y Uruguay.

La ciudad española de Mancha eligió a varias ciudades como "Cervantinas" en el mundo y fue Azul, en la provincia de Buenos Aires la designada en el 2007 como "Ciudad Cervantina de Argentina" por el Centro UNESCO Castilla/La Mancha, transformándose así en la primera de Sudamérica. Esto se debió a su patrimonio cultural, más precisamente a la colección cervantina que se puede ver en la "Casa Museo Ronco", donde se expone "una de las colecciones privadas más importantes en su tipo fuera de España". Ese mismo año y de manera oficial se instauró el "Festival Cervantino" que durante noviembre del 2011 cumplirá su quinta edición. Pero no sólo hay teatro en su programación, sino que siempre se incluye: "música, artes visuales, conferencias y gastronomía".

La provincia de Santa Fe con una importante tradición teatral no podía quedar al margen de los festivales. Uno de los primeros en comprender esta necesidad de convocar espectáculos de distintas nacionalidades para proponerlos como abanico cultural frente a la sociedad fue el grupo rosarino "El rayo Misterioso". Ellos desde el 7 de diciembre 1998 organizan su propio festival al que han bautizado como "Experimenta" y la selección cae sobre su creador: Aldo El-Jatib. Con una ritualidad que asombra todos los 7 de diciembre de cada año y hasta el 13 de ese mismo mes abren las puertas de su teatro y en algunos casos suman otros espacios para que el público rosarino se acerque a ver otro tipo de teatralidades, más alejadas de las propuestas comerciales.

"Experimenta" dio un importante espacio para que creadoras de teatro/danza como Cristina Prates pudieran no sólo presentar sus espectáculos sino también y en ese marco dictar talleres. En el año 2007 se le realizó un homenaje a la "Comuna Baires" de Milán y contaron con la presencia de su creador, Renzo Casali, quien al año siguiente cumplió 50 años de teatro.

Otra ciudad de la misma provincia que tiene desde hace varios años su propio festival es Rafaela. El origen fue en el año 2004 cuando allí se realizó la Fiesta Nacional del Teatro, organizada por el Instituto Nacional del Teatro (INT). La propuesta fue alejarse de las capitales y darle la posibilidad a una ciudad para que organizara este importante encuentro, donde se dan cita elencos elegidos a través de concursos y selección. Rafaela no sólo demostró que tenía una estructura para sostener este tipo de propuestas sino que contaba con un público entusiasta que iba de una sala a otra para poder ver la mayor cantidad de espectáculos. A partir de contactar esta realidad, otro grupo teatral "La Máscara" con su creador y director al frente, Marcelo Allasino conformaron esta cita ineludible en el mes de julio de cada año.

La fuerza de este festival encontró apoyo en las autoridades políticas, ya que al cumplir sus siete años consecutivos en cogestión con el Instituto Nacional del Teatro y el Gobierno de la Provincia de Santa Fe fue la Cámara de Senadores quien durante el 2010 aprobó por unanimidad el proyecto de ley, por la cual se la declaró a Rafaela "Capital Provincial del Teatro". También fue muy importante que durante el acto de apertura del "Festival de Teatro Rafaela 2010" el Intendente Municipal (Omar Perotti) le solicitara al Gobernador de la provincia de Santa Fe (Dr. Hermes Binner) y a la Ministra de Innovación y Cultura de la Provincia (Lic. María Angélica González) la creación de la carrera de "Profesorado de Artes en Teatro" en dicha ciudad. 

En cada edición el Festival demuestra su crecimiento e evolución. Por ejemplo, invita a distintas compañías nacionales a presentarse en sus escenarios y además asume la responsabilidad de estrenar espectáculos seleccionados a través del Concurso de Coproducciones Locales. Un jurado -siempre diferente- analiza las propuestas y decide entregar un subsidio para que se puedan montar y estrenarse en el transcurso del Festival. Esto implica un desafío ya que no siempre las carpetas o pocos minutos de una presentación dan una idea cabal de los resultados finales. Pero es muy positivo que una sociedad arriesgue en el arte. No hay que olvidar que siempre se suman otras actividades, como la realización de talleres, seminarios, charlas y mesas de devoluciones. Otra de las tradiciones más notables de este festival, como en el de Rosario es mantener una mesa de devoluciones al día siguiente de la primera función. Así artistas, críticos y público asistente pueden conocer no sólo el proceso creativo sino también la mirada especializada sobre el trabajo presentado.

Desde 2004 la Universidad Nacional del Litoral ubicada en la ciudad de Santa Fe, en la provincia del mismo nombre organiza el "Festival Argentino de Teatro" donde la dramaturgia nacional es el eje. Ya participaron elenco de muy distintas partes del país, desde Tucumán hasta Neuquen, desde Córdoba hasta San Luis. Abrieron sus puertas para invitar a algunos espectáculos de países limítrofes, como es el caso de Uruguay. En este marco la UNL ya reconoció la trayectoria de varios dramaturgos nacionales, declarándolos "Huésped de Honor", así sucedió con Griselda Gambaro (2004), Roberto "Tito" Cossa (2005) Eduardo "Tato" Pavlosvky (2007) y Mauricio Kartún (2009).

Formosa, desde el año 2005 organiza un "Festival Internacional del Teatro de la integración y el reconocimiento", con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro. En esa primera edición participaron los elencos de los países limítrofes como Paraguay, Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay, pero en las subsiguientes se fue ampliando el mapa teatral incorporándose España, Cuba, Colombia, El Salvador, Costa Rica, Perú, Ecuador, Nicaragua y Francia.


Conclusiones

Parecería que detrás de todo diseño de un festival hay una intención política, o para ser más precisos una política cultural. Por lo general las distintas autoridades utilizaron este formato para darse a conocer o para dejar huellas sobre la actividad cultural. Siempre también hay un buen deseo: acercar más público al teatro, que conllevaría a crear el hábito de ver teatro. Esto explica primero la multiplicación de Festivales en Córdoba, ya que desde el año 2002 también se instauró la tradición de realizar en los años pares el "Festival Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes" que va por su quinta edición. Más tarde llegó el "Festival Pensar con Humor". Unos y otros han creado la costumbre en los espectadores a adquirir abonos, informarse sobre las distintas propuestas y seguir a sus artistas. Desde el 2000 Raúl Sansica fue el Coordinador General de Festivales, asumiendo en el 2004 la Dirección del de Niños y al año siguiente el del Mercosur.

Este camino iniciado por Córdoba evidentemente tuvo continuadores, no sólo en otras provincias, como Santa Fe y Formosa, sino también en ciudades ya no capitalinas. Si se analizan las cifras, los fríos números que entregan las boleterías los espectadores han apoyado notablemente estos emprendimientos, tantos los que tiene sello oficial, como los que se mantiene con el esfuerzo de los independientes. El fervor que demuestra el público también llega acompañado por una preocupación hacia los integrantes del teatro, porque por lo general estos Festivales suman cursos de especialización, talleres y conferencias que permiten a los actores, directores o dramaturgos de cada lugar conectarse con nuevas técnicas y acercarse a grandes maestros. El periodismo, más o menos especializado, les ha dedicado muy buena cantidad de espacio, ya que son verdaderos acontecimientos culturales y comunitarios para cada una de estas sociedades, desde las capitales hasta las ciudades más pequeñas.

Como se pudo demostrar cada uno de estos emprendimientos fue ideado y gestado por gente de teatro, hay alguna excepción que confirmaría esta regla. Los mejores ejemplos fue Carlos Giménez, quien imaginó el de Córdoba, como los más actuales, Sansica continuando y creando nuevos festivales o Aldo El-Jatib y Marcelo Allasino que hicieron otro tanto desde Rosario y Rafaela, en su provincia de Santa Fe. Directores que diseñan con sus grupos teatrales una actividad que los excede, que suma a muchas otras estéticas y que también los consolida como auténticos referentes teatrales.

En varios casos de lo particular e independiente se consigue involucrar al estado provincial, a trasformar al teatro en una cuestión importante. Esta evolución va sumada a las propuestas escénicas, el mejor ejemplo vuelve a ser Rafaela una localidad tal vez rígida estéticamente pero que mediante los impulsos creadores y rupturistas de Allasino acepta y sigue con respeto cada una de las presentaciones que antes tal vez podrían haber cuestionado. Estos creadores ya no son sólo artísticos sino también organizativos consiguieron ampliar el panorama estético de su propia sociedad, logrando el crecimiento de la sensibilidad de su gente.


Citas
[1] Fernández de Rodríguez, Ana María e Iriart, Viviana Marcela. En: "Revista Intermedio", Caracas, Venezuela, mayo 1984.
[2] (escritorasunidas.blogspot.com/.../carlos-gimenez-el-genio-d)
[3] Información entregada a la prensa.



 Ana Seoana 
IUNA/UBA
 Revista Territorio Teatral 
Argentina, Buenos Aires diciembre 2001


Fuente: Territorio Teatral


Nota: Los links y textos en negrita son un agregado de este blog.






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